La historia del baobab y la amistad

A estas alturas de la historia, imagino que de sobra conoceréis los originales libros de firmas de Etsy o todoinvitacion.com. Me refiero a las láminas de huellas digitales para que los invitados de las bodas dejen su autógrafo en versión magdalena, barco, globos… vaya, en cualquier cosa que podáis imaginar.

                        todoinvitacion

A mí me gustan por varias razones: por la original reinterpretación de los clásicos, porque son la coartada perfecta si te ves involucrado en un asesinato, porque podrías hacértelo tú mismo (DIY) y, sobre todo, porque las láminas de árboles me recordaron una vieja historia…

Un buen amigo comparaba, de aquella cuando el Fotolog era el no va más, la amistad con el baobab. Árbol enterrado del revés por un castigo divino, dejando al descubierto sus raíces y ocultando sus flores y hojas bajo la tierra.

Este amigo mío, decía que las amistades, como las flores y las hojas del baobab, por la distancia, el trabajo o las circunstancias de cada uno, no siempre estaban presentes. Sin embargo, de la misma forma que las raíces del baobab ascendían visibles hacia el cielo, las amistades permanecían ahí, enraizadas, ancladas y creciendo con el paso del tiempo.

¿Por qué cuento esto?

Porque a pesar de haber fantásticos diseños de estos libros de firmas, pararse a pensar dos segundos y buscar algo que conecte con nosotros, un por qué, un hilo conductor de nuestra historia, lo que sea… da un sentido mucho más especial a todos estos detalles.