La primera vez que coincides con Paula, te invade esa extraña sensación que solo ocurre con determinadas personas. Ese sentimiento de parecer que os conocéis desde hace mucho tiempo y haber forjado una amistad durante años. Una persona con imán, vaya. Enseguida le captas el rollo que lleva y te encanta.
Paula es una pelirroja de mirada desenfadada y felina que disimula alguna intención traviesa y a la que le gusta divertirse sin tapujos.
Una abogada muy coqueta echada “palante” que pone toda la carne en el asador a la hora de contentar a sus amigas.
Tanto es así que, ni corta ni perezosa y con la ayuda de Miriam y Laura, tomó las riendas de la organización de la despedida de soltera de Silvia, a quien había conocido hace algo más de un año. Así es Paula.
Ya podían esmerarse puesto que a Silvia le había tocado esperar un par de despedidas de soltera, asistir al "sí quiero" de tres de sus mejores amigas, 16 años de relación y una adorable niña de 4 años hasta que, por fin, llegó su anhelado turno para festejar el punto final de su estado civil en singular un día cualquiera del mes de abril.
Imaginad el estallido de emoción cuando se percató de que el canje de un inocente pijama le devolvería uno de los mejores días de su vida. Como la improvisada meteorología, aparecieron de la nada un grupo de muchachas que alborotadas, corrían hacia ella para secuestrarla.
Se pusieron rumbo al centro de pilates donde daría comienzo su aventura. Eligieron un saree que Miriam trajo expresamente desde Londres para vestirla. Un saree precioso que dejó a Silvia tan maravillada que aún se lo sigue probando siempre que tiene ocasión.
Allí les esperaba la profesora de baile que les conduciría al Universo Bollywood a través de la danza. "En ese instante flotaba sobre una nube" cuenta Silvia, quien se confiesa toda una enamorada de la industria del cine indio. ¡No podían haberlo hecho mejor!
Después de la excitante master class, llegó el turno para las gamberradas. Conseguir preservativos o magdalenas gratis fueron algunas de las pruebas que le prepararon para hacerle pasar un poco de vergüenza.
La tarde avanzaba entre pruebas, bochornos y carcajadas dando paso a la noche. Para la cena, optaron por simplificar. Se reunieron en casa de Paula y encargaron comida.
Con las baterías recargadas, otra sorpresa acechaba: un taller de henna que ellas mismas se encargaron de organizar. Tubos del conocido tinte rojizo y mucha imaginación fue lo único que hizo falta para obtener un resultado excelente y pasar un rato muy agradable entre amigas.
A partir de ese momento la temperatura de la sala comenzó a subir. "Stick a dick", el famoso juego de "Ponle la cola al burro" adaptado para la ocasión y galletas de la suerte que contenían pruebas con un toque de humor inglés dieron el toque picantón a la noche.
Lo que Silvia no se imaginaba de ningún modo fue lo que acontecería después. Algo que Silvia había estado esperando muuuucho tiempo. ¿Os hacéis una idea? ¡Sí! Reunión tupper-sex.
Contaron con el asesoramiento de Emma, toda una experta en las artes de la seducción y el placer. Aparatos, cremas de calor y frío, lociones para masajes... entretuvieron a un grupo entusiasmado. La velada finalizó con una cesta repleta de multitud de artilugios y pociones sugerentes como regalo para la noche de bodas.
De madrugada, muchas ya habían abandonado el barco. Las supervivientes cerraron la noche en una zona de la discoteca reservada exclusivamente para ellas, el ron, la música, las emociones a flor de piel, los buenos deseos para el futuro... En definitiva, en una plácida burbuja de amistad entre Silvia y sus chicas, quienes pusieron todo su empeño por hacerla sentir especial y que, de sobra, lo consiguieron.
"No vale la pena gastarse un pastón en un tío que se despelota en 15 minutos. En mi opinión, existen otras alternativas distintas para celebrar una despedida de soltera. La mía fue increíble gracias a mis amigas. Os quiero."
¿Qué os ha parecido la despedida de Silvia? ¿Os ha gustado?
P.D. Siento que no haya más fotos. Ya se sabe, la vergüenza...
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